martes, 15 de noviembre de 2016


Reflexiones sobre el Servicio Público:
    Lic. Cecilia Doger Amador
     Actualmente existe una crisis en nuestra democracia y sistema de gobierno debido al el olvido total de los principios básicos de igualdad, justicia y libertad; resultado del desprestigio de la clase política causada por la imposición de intereses personales o de grupo; por  la existencia de grupos oligárquicos y la falta de representatividad de los partidos políticos; el dominio total de la vida política por parte de partidos políticos cerrados y que no practican la democracia interna.
Hoy más que nunca las Instituciones públicas, enfrentan una crisis de credibilidad ante la incapacidad de generar cambios que les permitan adaptar e innovar sus marcos de actuación para ser más eficaces y cumplir de la mejor manera posible, con sus objetivos institucionales.
 Es necesario entender que el servidor público debe ser entendido como uno de los pilares básicos de la gobernabilidad democrática, ya que se vincula con el desenvolvimiento estructural de la comunidad civil y política, y por lo mismo, es motivo para ser sujeto a una constante revisión, que lo encamine a su fortalecimiento.
 El buen desarrollo y funcionamiento del servidor público constituye uno de los requerimientos imprescindibles para lograr un Estado capaz y eficiente, a la altura de las necesidades del desarrollo de cada municipio, estado o país.
Los gobiernos son instituciones que cumplen tareas que se vinculan con el quehacer de la vida cotidiana y con el desarrollo de las organizaciones sociales y políticas. Un gobierno de resultados, es aquél en el cual las instituciones públicas responden con eficiencia a los problemas, a las carencias y a las necesidades sociales, por tanto, la principal acción del gobierno debe traducirse, en el trabajo eficaz sustentado en los medios idóneos para asegurar el cumplimiento de las metas y de los fines de carácter público.
Los gobiernos ante la fractura de sus instituciones, la incompetencia de la gran mayoría de sus funcionarios, y el sometimiento a las lealtades partidistas, se ven imposibilitados para llevar a cabo los resultados esperados, lo que ha debilitado drásticamente su credibilidad ante la sociedad. Esta falta de credibilidad se refleja en la desconfianza que tiene la sociedad respecto a sus instituciones y servidores públicos, reflejo del incumplimiento de las políticas públicas, y esto opera en detrimento del desarrollo de la vida democrática de una nación.

 Se requiere, por lo tanto, ofrecer resultados materializados en hechos en una realidad determinada, y con ello recuperar la confianza y credibilidad de la ciudadanía, para alcanzar condiciones que promuevan un desarrollo sostenible, a fin de que la sociedad subsista con productividad, progreso y bienestar. Es fundamental que los partidos políticos y los aspirantes a ser servidores públicos entiendan que son la piedra angular para asegurar el buen desempeño de sus gobiernos,  que  es imperativo impulsar desde el gobierno y de la mano ciudadana la transformación institucional a través de los procesos de participación  incluyente, donde se dé un diálogo abierto y junto con esto exista un el amplio compromiso activo y ello requiere que los individuos tengan voz en las decisiones que les afectan, con el único objetivo de que los gobiernos se nutran de servidores públicos competentes, calificados y aptos para ejercer la función pública. 

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