martes, 15 de noviembre de 2016







La injusticia de la legalidad.

Hace días publique una fotografía en Facebook, donde me encontraba con amigos y la titule, planeando un Tehuacán mejor. Un comentario llamo mi atención y fue “mejor para quien”, debo confesar que mi primer idea fue decir “mejor para todos”, pero es una respuesta común, que encierra en si una mentira difícil de lograr y aún más difícil de aceptar por todos.

Es evidente, lo que beneficia a uno, puede perjudicar a otros, la misma aplicación de la ley perjudica al delincuente, haciendo un auto-examen, llego a la conclusión que la ley es salvaguardar los bienes jurídicos tutelados de cada persona, todos queremos se aplique la ley, pero no en nuestro perjuicio, recuerdo frases como “después de las diez de la noche nadie respeta los semáforos” “tú que derechos puedes tener” y la máxima imposición “tú ya perdiste todos tus derechos”. Resulta extraño pero son las frases más avitualles entre la sociedad, nos creemos con la facultad de crear nuestras propias leyes que solo nos benefician a nosotros, somos capases de privar de todo derecho a las personas que nos caigan mal, por no decir que están motivadas por el odio y la desdicha.

Si escuchamos a la víctima de un delito, encontraremos con lujo de detalles la violencia y maltrato, pero si escuchamos a los familiares de los delincuentes encontraremos justificaciones, deméritos, y la clásica “pero si mi hijo es un ángel de Dios”. No pido que denuncien a sus hijos, todo padre cuida a los suyos, pero al menos comencemos a formar una nueva cultura de legalidad, todos sabemos que es delito la piratería, pero todos compramos películas piratas, piensen por un momento en todas sus justificaciones, ahora vean cualquier otro delito, ¿encontraran justificaciones?, ¿cómo las tiene un asesino cereal?.

Un abogado, es situación distinta, ya que su obligación ética es con la justicia y no con el derecho, pero su obligación laboral es con el cliente y no con la justicia, el abogado tiene el deber ético-profesional de defender a su cliente sin importarle que sea culpable, pero también se tiene la libertad de aceptar o no el asunto (menos los defensores de oficio quienes tienen que ser abogados del diablo).

Hans Kelsen, me enseño que la justicia es únicamente de Dios, ya que el hombre no ha logrado definir la justicia, sino la podemos definir mucho menos entender o aplicar, el abogado solo aplica la ley, “la ley no se discute, se aplica”, puede no gustarnos, como lo son, cuando en beneficio de muchas personas se debe ampliar una calle, afectando y destruyendo casas, los propietarios se sienten robados, cierto es que si alguno de nosotros somos los afectados nos sentiríamos mal, pero también es cierto que cuando alguien nos daña exigimos se aplique la ley, pero cuando es en contra de nosotros o los nuestros, los ideales de justicia son borrados e ignorados por completo.

Cuando detienen a un vendedor ambulante, muchos se indignan, pero cuantos piensan, en los locatarios afectados, ¿qué les queda?, ignorar la ley; sacan sus mercancías a la calle y los transeúntes nos queda bajar a la carretera, porque entre las mercancías no podemos pasar, cuando atropellan y matan a una persona, el único culpable es el conductor del vehículo, cuando los copartícipes son los ambulantes que obligaron a los locatarios que también son copartícipes a sacar sus mercancías a la calle, y también todos los que se quejaron cuando las autoridades se dispusieron a limpiar las calles.

Es difícil aceptar nuestra responsabilidad, muchos estarán en claro desacuerdo conmigo, pero quiero preguntarles, ¿Cuántas veces han clamado por justicia o por aplicación de la ley? Si todos respetáramos la ley y el estado la aplicara por la fuerza como debe de ser, viviríamos mejor, el estado de derecho al igual que la religión nos invita a ser mejores, cada quien tendrá sus ideas muy respetables, pero no podemos ignorar lo que realmente sucede, cada día nos acostumbramos más a un mundo de ilegalidad, ya que si defendemos al que vende sin permiso para poder vivir, hay que entender que el vendedor de droga, el asesino a sueldo, lo hacen por la misma justificación (el ladrón, el asesino a sueldo, el político corrupto, el policía) aceptan la ilegalidad como parte de su vida, ¡por hacer lo mismo!, ¡darles bienestar a sus familias! o creen que viven en una cueva y comen carne humana, ¡No señores! son seres humanos con las mismas necesidades que nosotros también tienen una familia que alimentar.

Cuando estemos dispuestos a respetar la ley nos guste o no, cuando respetemos el estado de derecho, a la policía, a nuestras autoridades, en ese momento estaremos más cerca de poder convivir mejor entre nosotros, el cambio comienza en nosotros nunca esperes que los demás cambien para hacerlo tú, lo principal es tomar la decisión de cambiar y con suerte iremos hacia adelante.

Joel Jarquin Flores.
joel_jarquin@facebook.com

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